Mañana de locos la que tuvimos el pasado sábado en nuestro desplazamiento a Zarza la Mayor para disputar los octavos de final.
Y es que a falta de 45 minutos para el partido, sólo disponíamos de 7 jugadores, lo que nos condenaba a la derrota segura.
Finalmente, gracias al padre de Jony y a la insistencia, Rodrigo pudo disputar el encuentro con sus compañeros.
El partido parecía que no iba a dar quebraderos de cabeza, pero fue una auténtica tortura en sus dos primeros cuartos.
Portezuelo salió con el cuarteto adelantado buscando la presión al contrario para que no pudiera conducir Salorino, pero la apuesta salió mal. A la falta de conjunción del equipo en la presión, se unió el mal día de Jony y significó que Salorino con juego directo comenzó a mandar en el marcador.
Dispusimos de varias ocasiones, pero no se transformaban y Salorino volvió a marcar en un ambiente de funeral para los nuestros.
Pero en este tipo de ambientes es donde se ven los grandes jugadores y Jony en un arreón de fuerza se metió hasta la cocina para acortar distacias. Estaba claro que ese era el punto de inflexión del partido y Salorino había perdido su oportunidad.
Solana empató el partido tras disponer ambos conjuntos de ocasiones claras.
En el tercer cuarto se rompió el partido definitivamente. Decidimos esperar atrás y buscar nuestra oportunidad, a la vez que hacíamos marcaje al hombre con Pedro, el jugador más desequilibrante de ellos. Javi, que entraba de refresco, comenzó a hacer de las suyas y junto a Susi y Solana, comenzaron a dar dolor de cabeza a los de Salorino.
De ahí hasta el final, nuestro equipo realizó un fútbol sala muy rápido con contras muy rápidas que terminaban en gol, mientras Salorino se desdibujaba cada vez más.
Curiosamente fueron los momentos en los que de nuevo, tras haber tenido varias intervenciones de mérito, Canete se lucía.
De ese modo, nos clasificábamos para cuartos de final por un 8-3 que deja claro quien fue el mejor sobre el campo.
Y es que a falta de 45 minutos para el partido, sólo disponíamos de 7 jugadores, lo que nos condenaba a la derrota segura.
Finalmente, gracias al padre de Jony y a la insistencia, Rodrigo pudo disputar el encuentro con sus compañeros.
El partido parecía que no iba a dar quebraderos de cabeza, pero fue una auténtica tortura en sus dos primeros cuartos.
Portezuelo salió con el cuarteto adelantado buscando la presión al contrario para que no pudiera conducir Salorino, pero la apuesta salió mal. A la falta de conjunción del equipo en la presión, se unió el mal día de Jony y significó que Salorino con juego directo comenzó a mandar en el marcador.
Dispusimos de varias ocasiones, pero no se transformaban y Salorino volvió a marcar en un ambiente de funeral para los nuestros.
Pero en este tipo de ambientes es donde se ven los grandes jugadores y Jony en un arreón de fuerza se metió hasta la cocina para acortar distacias. Estaba claro que ese era el punto de inflexión del partido y Salorino había perdido su oportunidad.
Solana empató el partido tras disponer ambos conjuntos de ocasiones claras.
En el tercer cuarto se rompió el partido definitivamente. Decidimos esperar atrás y buscar nuestra oportunidad, a la vez que hacíamos marcaje al hombre con Pedro, el jugador más desequilibrante de ellos. Javi, que entraba de refresco, comenzó a hacer de las suyas y junto a Susi y Solana, comenzaron a dar dolor de cabeza a los de Salorino.
De ahí hasta el final, nuestro equipo realizó un fútbol sala muy rápido con contras muy rápidas que terminaban en gol, mientras Salorino se desdibujaba cada vez más.
Curiosamente fueron los momentos en los que de nuevo, tras haber tenido varias intervenciones de mérito, Canete se lucía.
De ese modo, nos clasificábamos para cuartos de final por un 8-3 que deja claro quien fue el mejor sobre el campo.
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